




















Para pasar poderes a sus progenitores el brujo toma ayahuasca, también se toma un pilche o cuya, llena de tabaco.
Polibio buscando la ayahuasca
Es así como se está preparando y fortaleciendo espiritualmente, tosen y soplan en lo alto de la cabeza una y varias veces, de esta forma le transmiten el poder. Después del ritual el niño o aprendiz no puede jugar, cabecear, trabajar ni bañarse, debe comer solo cosas indicadas por el yachac durante tres días.



A lo largo y ancho de la Amazonía ecuatoriana podemos encontrar un singular bejuco que enredado en otros árboles sobrevive para convertirse en uno de los más importantes elementos de los pueblos indígenas de esta región.
La Banisteriopsis Caapi es originaria de América Latina principalmente de Ecuador, Perú, Colombia y Venezuela. Con el tronco de este bejuco y las hojas de plantas originarias de cada zona se prepara la Ayahuasca, importante bebida ceremonial de los pueblos ancestrales de cada país.
En el Ecuador, existen algunos pueblos que realizan sus prácticas ceremoniales con la Ayahuasca, uno de estos es el pueblo Quichua ubicado en varias zonas de la provincia de Napo. Los rituales en los que se utilizan esta bebida son religiosos y/o médicos, y solamente los shamanes son quienes tienen el poder para beberla; pues si alguien más quisiera tomar las Ayahuasca deberá hacerlo en compañía de un shamán y con un estricto control del mismo.
La Ayaguasca es una bebida alucinógena legalmente permitida en nuestro país pues se ha declarado que su consumo no produce ningún daño a quien la ingiere y que además provoca una mejora en la calidad de vida.
Este alucinógeno es fundamental en la vida de las comunidades Quichuas pues gracias a ella pueden ver el futuro, curar y diagnosticar enfermedades y resguardar a su pueblo del peligro. Además quien la toma se sumerge en un proceso de curación profunda y es limpiado tanto física como espiritualmente. Esta sustancia ancestral forma parte de los pueblos indígenas desde hace mucho tiempo.